Vicenta Jarillo Caro.
Encinasola. 29 de Marzo 1946
Empecé mis,”
estudios primarios “ como se dice ahora en este mi mismo local
donde estoy escribiendo (centro Guadalinfo), a la edad
aproximadamente de los seis a siete años. Mi maestra era doña
Amparo Virto, una profesora muy profesional. Por no alargarme diré,
que toda la base me la formé con ella. No me canso jamás de
recordar el interés que puso en enseñarnos.
Después me cambiaron con
otra maestra llamada Adela García. Fue un periodo no tan aprovechado
como con doña Amparo. Tras ese tiempo me volvieron a cambiar con
doña Amparo. Fue mi salvación porque me volví a poner más
diestra, porque a los 12 años ya nos teníamos que salir y con esa
edad “ya lo aprendido, estaba aprendido. Mucha carencia de
materiales escolares en la Escuela, pues no había las facilidades
que hay hoy.
Con esa edad fuera
del Colegio y contando que durante los ciclos escolares nuestra
asistencia
a la escuela en tiempos
de vacaciones, íbamos de nueve a once de la mañana y otras de once
a una.
Por eso el poco tiempo
lo aprovechábamos bien. En total estábamos cien niñas. Los
americanos nos mandaron leche en polvo y queso en porciones. Vino
muy bien pues eran tiempos de posguerra
y no se estaba muy
abundante en la alimentación.
Mis recuerdos de juego en
esa época eran; la comba, el corro,la ranchuela, los alfileres, los
cromos al diábolo al esconder, a las cuatro esquina. También
cuidamos a nuestros abuelas y familiares mayores pues en casa
nuestros padres nos obligaban a darles compañía y aliviar su
ancianidad, raro era quién no se íba acostar con su abuela.
Otra etapa
después del colegio fue asistir a la Sección Femenina, donde para
la mujer Rural fue una manera de reforzar nuestros conocimientos y
seguir aprendiendo y formarnos para ama de casa, que era para lo
que esta la mujer estaba destinada ( antiguamente): teníamos
Gimnasia, cocina, corte y confección, charlas de buenos modales, de
estética y de ética.
Hicimos el Servicio
Social, Coros y Danzas, canciones regionales. Y luego con el tiempo
se cambió de nombre y se llamó Taller de Artesanía, donde las
Labores se practicaron mucho. Todas las jóvenes se hicieron
ajuares para la dote que aportaban al matrimonio. Todo estaba
dirigido por Rosalía Gómez, una gran mujer que nos hizo mucho bien
en aquellos tiempos, pues era amable abierta, culta y para las que
tuvimos la suerte de caer en sus manos, un buen referente para
nuestras vidas. Con el tiempo y ya por nuestra cuenta, sacamos el
Certificado, y más tarde el Graduado Escolar, pero ya por nuestra
cuenta.
Y con ganas de
aprender y de no estar parada, ”Mano sobre mano como Señor
escribano”, pues así nos reprendían los mayores. Nos fuimos
metiendo en marcha y la que no se iba a la sastrería o con las
modistas, aprenderían a coser. Yo en mi caso se me antojó con dos
amigas más aprender Corte y Confección para nuestro propio
servicio.
Disfrutamos de
las fiestas locales del pueblo y las típicas, los carnavales, los
tostadores de castañas ya con los amigos, etc,.. . Los domingos
después de almorzar íbamos de paseo a la antigua carretera de
Portugal. Era un Rito, daba gloria de ir al campo y ver tantas
margaritas. Mas de una foto nos hicimos todas, y muchos noviazgos
salieron en los paseos de la carretera.
También
tengo que decir que otro día en semana íbamos a Acción Católica,
pues también nos daba otro ”jabón”
Amalia Bas .Y por hoy voy terminando y decir que esa fue nuestra
Universidad.
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